domingo, 4 de diciembre de 2011

Cúmulo de fatales circunstancias.

Las lágrimas inundan el azul de mis ojos. Lágrimas absurdas, estúpidas y poco habituales, a decir verdad, desconocidas, ya que aconstumbran a no dejarse ver. Tal vez el miedo, o por el contrario, la valentía hacen que estas se refugien en una almohada algo cansada de las noches en vela que escribimos. Puede que también ayude esa frialdad de sentimientos acompañada por la mejor de la impotencia que existe, o simplemente, toca liberar tensiones. Para no variar, se trata de algo no resuelto, eso que un día dejamos en el aire, a pesar de que sonaba bien, y que parecía por fin, habernos convencido, pero esta vez, tampoco se trataba de eso, si no de las pequeñas partículas de emociones que removias con tu sonrisa, o de los temblores que producían tus manos traviesas sobre mi piel. Los recuerdos bombardean mi cabeza de forma instantánea mientras que esos recuerdos congelados (o eso creía) vuelven a la carga tras una noche más. Solo queda despedirse e intentar olvidar que nunca volverán las promesas que tan creíbles parecían al susurro, de los mejores labios probados.

sábado, 12 de noviembre de 2011

De más discusiones que acuerdos marcaron nuestros días.

Día distinto, raro, extraño en el que he dicho/pensado lo primero que se ha pasado por mi cabeza, lo primero que ha venido a ese pequeño cajón de recuerdos, que tengo por memoria. Un día más para guardar en una colección, algo desgastada, los cócteles de buenos momentos que juntos teniamos, al igual que la sonrisa que un día pusiste en un rostro con facciones algo marcadas en las que destacan unos ojos azules algo tristes, pero que a la mínima salen a relucir después de recordar los pequeños momentos pactados entre una sonrisa que antes era la que ponía un detalle distinto, a la que después de marcharte, brilla por su ausencia, dando por supuesto, que le falta el resplandor que tenia horas después de una noche con los pequeños detalles que siempre marcaban la diferencia entre tú y el resto del mundo. La lluvia comienza a desgastar los miles de sitios que tenían nuestros nombres tatuados, comienza a borrar las iniciales que dejastes marcadas, en cada uno de los rincones de Santander, y que ahora, las tienes más que olvidadas, ni siquiera has vuelto al lugar al que algún día denominamos "nuestro". Y es que tengo la pequeña sensación de que no solo has olvidado lo que algún día te hizo feliz, si no que has olvidado a la persona que más te ha querido, y que lo sigue haciendo.

Posdata; nada es para siempre, decían tus ojos tristes.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Las putas heridas del rock´n roll.

Me canse de esperar a que volvieses a por mí, allí donde solíamos gritar. Me canse de ver como no era yo la única que te importaba, me canse de esa sonrisa que prometía un paraíso donde perder(me). Me canse de darte los buenos días noche tras noche, a cualquier hora. Me canse de despertarme abrazada a tí en un colchón donde quedó impregnado el olor que despendrías, tu intenso olor. Me canse de tus absurdos te quieros y de tu envolvente picardía, incluso me canse de los besos que por las noches me hacían volar y de los abrazos que llenaban de recuerdos mi memoria. Me canse de las fechas marcadas en un (oxidado) calendario, me canse de las promesas que me hiciste creer y me canse de esperar a que te decidieses, y está vez estoy segura, no me hace falta (re)caer para saber que tal vez hoy perder, sea ganar y que me toca reír (y no contigo) porque escribí demasiadas noches en vela.

martes, 25 de octubre de 2011

En la memoria está la vida buena.

Tiempo atrás, tiempo en el que fuimos el algo de un colchón, de nuestra suite de lujo, tiempo en el que estremecerme con tu sonrisa de por medio no era nada más que una rutina que nunca tenía fin, tiempo en el que demostrarte día a día que el roce de nuestra piel, era el cariño de una noche más, tiempo en el que mis ojos brillantes se compenetraban a la perfección con una sonrisa especial, de las que prometen un paraíso donde perderme, tiempo en el que nuestros abrazos conllevaban tantos sentimientos que el temblor de mis piernas hablaba por si solo, tiempo en el que tus manos rodeaban mi cintura de la forma más sutil jamás inventada, tiempo en donde los minutos eran marcados por el compás de nuestros besos, tiempo en el que mi cabeza descansaba sobre el hueco que hay entre tu cabeza y tu cuello y así colección de recuerdo tras colección de recuerdo, en el que tu boca impaciente sobre mi piel siempre dejaba con ganas de más, y lo sigue haciendo cada vez que esta recorre los recovecos que siempre podrán ser considerados como tuyos.

jueves, 13 de octubre de 2011

Puta rutina; borrón y cuenta nueva.

Sentada en el mismo lugar que noche tras noche intento compaginar varias palabras, que aunque no tengan mucho sentido, me ayudan a escribir los pocos (bastantes) pensamientos que recubren mi cabeza a altas horas de la madrugada. Como cada noche, me dispongo con un cuardeno (con más tachones y borrones que aciertos) y mi boli bic tan preciado, que lleva a sus espaldas, largas frases unidas por conjunciones repetitivas o por te quieros medio borrados, a unir diferentes y distantes pensamientos que recorren cada una de las partes de mi cuerpo. Sensaciones, sí, eso es, sensaciones que aunque muchas veces parecen inexistentes, siempre están ahí, para dar un vuelco a mi vida en los momentos menos oportunos, para cambiar mi estado de animo en cada composición que estas manos logran terminar. A mi lado izquierdo se encuentra una botella de agua, fría, medio llena y con el papel que recubre la botella, desgastado, de todas las horas que pasa aguantando mis rutinas nocturnas, y al lado opuesto, de reojo puedo ver el aperitivo que siempre deja alguna idea para rellenar las hojas del cuaderno, y que sirve de gran ayuda para entretenerme cuando el boli bic (casi sin tinta, por la de veces, que tengo que garabatear encima de las letras que forman las mil historias que he podido recorrer y saborear a lo largo de las primaveras vividas) poco a poco se va gastando, al igual que las promesas que algún día prometimos, o mejor dicho me prometió.

lunes, 10 de octubre de 2011

Comprender que todo merece la pena por lo mejor que tengo.

"Hoy, ahora mismo, en estos momentos, estoy deprimida, no tengo un buen día. Se podría decir que no soy la persona a la que mas la guste compartir sus sentimientos sobre algo o alguien (incluso él) con cualquiera, por eso mismo no lo hago, pero tu no eres cualquiera, tu eres la que cada día me va ganando una sonrisa más para nuestra colección de ellas juntas, que aunque sean muchas y sea imposible recordarlas todas, las mejores las recuerdo (recordare) para siempre, eso no te quepa duda. Y como he dicho antes, tu no eres cualquiera, eres una de las personas mas importantes de mi vida, y por eso me gusta decirte todos y cada uno de los detalles de mi vida, sin que se escape uno, y cuando no lo he echo, (por mi falta de seguridad) no he tardado en hacerlo, en recordarte que son mil historietas de las mías las que vas a tener que seguir aguantando y escuchando muchisimo tiempo más. Por eso, ahora, cuando llevo toda la tarde pensando en quien sabe que cosa, perdiendo el tiempo recordando las sonrisas que me faltaban a mi lado en este momento(las tuyas las más importantes) no he podido más que escribir estas tontas lineas, (quizás por distraerme un rato de mis tontos quebraderos de cabeza o quizás por que me apetecía recordar(te) todo lo que eres en mi vida) que al fin y al cabo, no dicen mucho, solo dicen que es mucho el tiempo que me queda por vivir contigo, y muchas más las fiestas que nos quedan por corrernos (juntas).
Que son muchos los trenes a los que subimos(o nos gustaría subir), pero si hay algo que me estoy dando cuenta con el paso del tiempo, es que los trenes vienen y van, nunca esperan, y yo hace tiempo me subí a un tren, cuando te escogí a ti, cuando escogí que fueses la persona con la que más comparto mis días, y quiero seguir compartiendo, cuando escogí que fueses una de mis mejores amigas, y también cuando escogí que fueses tu la que estarías ahí siempre, para aburrirte con mis mil tonterías, y si de algo estoy segura es que desde que subí, me di cuenta que nunca bajaría de este tren, que nunca le (te) quiero perder.
(Una carta más para el recuerdo de tantos días memorables).
A día diez (uno de los mejores del calendario), desde un octubre especial, a un mayo aún mejor)".


Ana Serrano Peña.


Pd, una vez más es la persona que deja sin palabras a los ojos azules, que mientras sacan todo lo que llevan dentro, recuerda que es de lo mejor que tiene y que sus sonrisas son de las que hacen que todo sea posible, por eso mismo, y por miles de motivos más, quiero recordarla que no quites una de las cosas que más feliz me hacen siempre.

miércoles, 5 de octubre de 2011

No me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras.

Espacios incómodos de tiempo en los que tuviste muchas horas, días e incluso semanas, para pensar y recapacitar en lo felices que erais juntos y ahora te das cuenta que el tiempo pasa rápido, y que estas intentando olvidarle (aunque ya lo hubieses hecho) hasta que volvió a aparecer sin ton ni son en tu vida, como si nadie hubiese pasado desde que se fue, como si no hubiese llovido desde entonces, o como si otros labios no aliviasen las penas que dejo él, mientras tu cuello se estremecía con el contacto de una lengua que cumplía las expectativas de devorarte cada parte de este a la perfección. Que es cierto, que te hubiese llenado haber visto de nuevo esos labios carnosos y rosados (en el mismo lugar de siempre) que se distingan a kilómetros (de alcohol) entre una multitud de gente apenada por las gotas que estropeaban una noche veraniega de sábado, en la que el plan no tenia ningún defecto (o eso es lo que pensaban). Y lo que prometió exactamente fue volver al poco de marcharse, una promesa entre tantas que tampoco fue cumplida ya que le has esperado durante mucho tiempo, hasta que por casualidades de la vida, y por personas que merecieron la pena, conseguiste no saber nada más de el, en unos largos y agónicos meses, que no eran amenizados ni por la mejor de las compañías, ni por las placenteras noches en las que te acompañaban esos desconocidos, que jurarías haberlos visto la noche de aquellas gotas que estropearon el sábado (la misma en la que querías haberte reencontrado con esos ojos verdes a los que jodidamente estabas enganchada) pero a pesar de sus ojos, su mirada, sus labios, sus besos, sus horas y sus noches, has quemado los recuerdos, pero sin rencor alguno, porque si algo has aprendido con todo esto es que lo que no mata hace más fuerte, y que no debes olvidar lo que algún día te hizo feliz.

Pd, prometo estarte agradecida.


domingo, 2 de octubre de 2011

(Dondé están) los labios que siempre decían sí.

Decían tus ojos tristes, que no fue la mejor semana de tu vida, tal vez fuese tu sonrisa en mi mirada, o la puta rutina matutina de seis horas lectivas que con el paso del tiempo son horas más lentas y agónicas de lo normal, podría ser ese calor pegadizo y asfixiante que no te deja dormir un par de horas seguidas, pero no, posiblemente, fuese un cúmulo de historias olvidadas en el aquel cajón, que solo abres en las tardes más frías del invierno, del jodido invierno, que nunca avisa. Sigo sin saber lo que mi cabeza no entendía, sigo sin encontrar respuesta a tantas preguntas, y sigo sin poder encontrar explicación a la perdida de mi sonrisa, a la desaparición del brillo que mis ojos desprendían antes de empezar el primer y último lunes otoñal, fuese lo que fuese, no podía fallarte, no podía guardar en aquel montón las promesas que un día acordamos, y aquella noche te prometí que lo estaría, y lo estaré (en cada ocasión lista).

lunes, 26 de septiembre de 2011

Y se trata de eso, de saber apreciar lo bueno, lo mejor.

Cuatro de la tarde de un día cualquiera, temporal revuelto, con alguna que otra tormenta que parece rebotar en todos los tejados de nuestro alrededor, alguna lluvia esporádica que manchaba el cielo de un gris que encapotaba el azul de aquel cielo veraniego, que siempre se echa de menos. Manos frías, temblorosas pero entrelazadas, que mejor que una tarde, con no muy buena compañía, pero siempre la preferida, con el abrazo que necesitas siempre a punto, en el momento más oportuno. Café, negro, fuerte, caliente, para templar los cuerpos, que de los grados que hacía, casi ni la boca más caliente podía articular palabra, los dientes no paraban de chocar los unos contra los otros, casi a más velocidad, de lo que latían los corazones helados, incluso a más velocidad de las gotas que caían  monótonas contra el cristal empañado, y así, iba transcurriendo una tarde que a priori parecía que iba a dejar mucho que desear, pero que al final fue una de las tardes más intensas que se podían llegar a contar, horas interminables frente a aquella película que dejaba al descubierto las lágrimas de ambos, que por protagonistas se podían dar por aludidos, y que por final, llenaba de recuerdos amargos para cualquier expectante, pero que dejaba con ganas de más.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Solo viene a recordar(me) que ya no soy feliz (sin ti).

Sensaciones. Viaje largo (quizás más de lo que me gustaría). Destino común, no muy frecuente pero común.
Demasiado tiempo para pensar en un futuro que no promete (un paraíso donde perderse) cuando sabes que ya no le tienes a él, y a pesar de todo seguirás observando su sonrisa y escuchando sus carcajadas, cuando intentas distraer(te) de la rutina, un sábado a las tantas de la madrugada, con tus amigos (los de siempre, los que comparten tus días). Sabes que la rutina ya no será lo mismo (sin él), que los viajes inesperados ya no tendrán el mismo fin que cuando (con él) viajabas, sabes que el tiempo lo cura todo, pero no es lo que te gustaría (a pesar de que es más fácil olvidarlo todo) ya hace algún tiempo en el que los tempranos viernes primaverales en los que el sol empieza a quemar sobre tus hombros, en esa estación en la que por ganas te empiezas a vestir de forma desenfadada, y sin esas bufandas en las que los recuerdos pesan (más de la cuenta) ya no compartimos, se hace duro, es cierto, pero todo se termina, como el viaje largo que empeze hace ya unas horas, y que ha acabado en un destino que no era el esperado (ni siquiera yo lo esperaba), esperemos que lo que el futuro depare sea más acogedor de lo que el pasado determinó, y con menos desconcierto que recorre cada uno de los recovecos de mi cabeza que tengo en el presente.

martes, 13 de septiembre de 2011

(Dónde están) la colección de promesas por cumplir.

A pesar de sus ojos cansados, su mirada seguía siendo peculiar y distinta a todas las demás, a las de cualquier desconocido que te encuentras cuando recorres la ciudad sin rumbo fijo. Tan solo quedaban unos días para una fecha marcada en el calendario que tenia grandes recuerdos, recuerdos de ignorancia, y que hoy por hoy eran un desperdicio de cócteles de buenos momentos, de esos, que solo habías vivido con él, en unas primaveras que tan solo dejaban mucho que desear cuando no pasabas los días de cada semana con él. Y ahora, cuando vuelves a estar sola, y no tienes a la persona con la que compartías dichas primaveras, piensas en las promesas que quedaron en el aire, piensas si alguna vez volverás a sentir, lo que sentiste, o a querer como lo quisiste, y aunque ya sabes la respuesta de antemano, prometes no olvidarlo nunca.
Pd, quien no arriesga, no gana.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Que lo que (más) quieres no te falte.

Pensar, eso es lo que intentas hacer al escribir unas cuantas palabras juntas, aunque muchas de las veces no tienen el mínimo sentido, y es que es mi única forma de expresar un poco mi manera de ver el mundo. Respecto a mi, me considero fría, cabezota, pero cariñosa y simpática, con mal carácter y peor genio, pero con mucha amabilidad y carisma, por otra parte, están mis amigos y mi familia, la parte fundamental de mi vida, sin ellos no sería la misma persona fuerte y con personalidad que soy y que no se deja influenciar por otra cosa que no sean ellos, aunque muchas veces no haga caso de sus consejos, y lo tire todo por la borda, aunque yo misma se que tienen razón, y por último y no menos importante, él, la persona que más de mil veces me hizo sonreir, sin tener motivo alguno, tal vez fuese porque era el y no otro, pero a día de hoy puedo afirmar que fue el a la persona que más quise (quiero) en mi vida.

martes, 30 de agosto de 2011

Viejos recuerdos desordenados.

Una historia más de todas las posibles a contar, se podía remontar a unos cuantos meses antes de lo previsto, se podía decir que quedaba un final por escribir cuando todo empezó en aquel raro enero, que solo daba comienzo a un nuevo año, con todos sus días y un capítulo por mes, en cual los caprichos jugaban una mala pasada a los protagonistas que por aquel entonces, no sabían lo que podían perder si no arriesgaban, y es que, sabían que ni la mayor de las tempestades acabaría con ello, con lo suyo, sin apenas haberse dado dos besos de presentación, y con el tiempo que todo lo cura, fueron haciendo efecto las primeras miradas cómplices que acabarían en nada más que un juego absurdo noche tras noche, debajo de las sábanas que siempre tenían la misma rutina, que siempre recordaba, a un querer y no poder, por ese olor impregnado en cada pequeña molécula de la almohada que juntos compartían, y que al fin y al cabo, ellos mismos se dieron cuenta que se echaban de menos, pero que todo no es tan fácil como parece, pero que no siempre es tarde, y que algún día, nadie sabe si muy lejano, se volverán a encontrar los mismos ojos, que algún día compartían más que una mirada, entre una muchedumbre que debería empezar a pensar más, en las bonitas apuestas de Sol de Santander, en la risa de un niño que pisa por primera vez la playa, sí, la misma arena fina y blanquecina que algún día acogió a esa pareja a finales del primer mes de vacaciones de verano para muchos, y del primer mes lleno de sobresaltos para ellos.

domingo, 28 de agosto de 2011

Le voy a cobrar a tus labios, tus miradas.

Reprochar(me) eso era exactamente lo que pretendía con aquella llamada, fue insignificante por unos momentos, hasta que al final se decanto por confesarme que le importaba más el tema de lo que daba a entender. Extraño, incomodo y desolador con un cierto toque de impotencia, eso era lo que sentía al ver como la pantalla de mi teléfono móvil se iluminaba a la vez que parpadeaba la luz roja de la parte superior del cacharro que también guardaba una larga y vieja bandeja de entrada, con un principal protagonista del mismo nombre que aquellas letras entornadas hacia el centro de la llamada. Al principio no sabia bien que hacer, si responder como si nada pasase, o seguir con el miedo que sentía desde que empezó a sonar esa sintonía de rock´n roll que tenía por melodía al recibir su llamada, entonces tuve que dar el paso tras tres intentos fallidos de que me dignara a pulsar el botón verde al que me disponía una y otra vez, pero sin resultado alguno, esperando a que se perdiese la canción que tantos recuerdos dejaba cada vez que juntos la escuchábamos y entonces ocurrió en el cuarto intento, empezé a escuchar su voz, bastante tiempo sin hacerlo, de hecho, mas de unos meses, incluso desde el verano pasado no recordaba como su temblorosa voz a la que ya estaba acostumbrada, dejaba entrever las palabras sinceras, que me daban las buenas noches cuando juntos no las pasábamos. Y esta vez no era menos terminó la retahíla insignificante que antes dije, y se despidió como siempre, como hacía todas las noches durante un tiempo, eso fue lo que me hizo desconectar de sus anteriores historias que tuve que aguantar, para que mi voz no quebrara y me jugase una mala pasada, mientras por otra parte descargaban mis lágrimas, sin yo hacer ningún esfuerzo. Era inevitable , todos los recuerdos vinieron a mi cabeza, y no me dejaron pegar ojo en todas las horas de una noche que solo se repitió una vez, aquella vez, en nuestra última noche.

viernes, 26 de agosto de 2011

Ecu(acciones)

Ruido, alboroto y desconcierto en la primera hora de la mañana, para unos trabajadores a los que la cama les debe un par de horas de sueño, porque es cuando verdaderamente te empiezas a dar cuenta de la velocidad que lleva el tiempo, posiblemente esos trabajadores hace unas horas estaban cenando con su familia, comentando el día y hablando con sus amigos de cosas que posiblemente al día siguiente estarán olvidadas, y pasarán a la historia. Pasan los minutos, más agobio con el paso del tiempo en una ciudad que nada es lo que parece, en la que el clima no es nada previsible, y el verano nada caluroso. Tacones firmes y consistentes que dejan huella en los adoquines por los que pasa repetidamente cada día, con viaje de ida y vuelta, con el mismo destino matutino, y con los mismos bostezos que hacen despejarse a una mujer que no sabe muy bien a donde se dirige, por mucho que sepa el camino de memoria, y tal vez sea eso, que sigo tirada en la cama, después de una noche de viernes algo ajetreada pero distinta a todas las demás, y mira que he pasado viernes a lo largo de un calendario con fecha de nacimiento, pero por el momento sin fecha de caducidad, llevo varias horas tumbada boca abajo, apenas he conseguido moverme, aunque tampoco he hecho el esfuerzo que debería para conseguirlo, un par de horas con los ojos cerrados intentando desconectar de todo tipo de ecuaciones amorosas sin solución, creo que no lo he conseguido, pero que el cantar de los pájaros, los primeros rayos de sol que entran por la diminuta ventana posada encima de mi cabeza, los maullidos de los gatos callejeros que circulan por mitad de la carretera poniendo a disposición su vida, son otras de las cosas que me hacen distraer los pensamientos, y seguir con el ruido, el alboroto y el desconcierto, con el molesto tosido de un transeúnte que se dirige a por un periódico y café cargado de quien sabe futuras emociones, y con los abrir y cerrar de puertas entreabiertas, caigo rendida tras un día y una noche para recordar.

jueves, 25 de agosto de 2011

Que nos sobren (prima)veras

Más de una vez hemos compartido opiniones sobre las casualidades, con un negro café y con dos cucharadas de azúcar, que es como a ti te gusta, en el mismo lugar de siempre, y con la misma ración de siempre de felicidad.
Me gusta recordar el día que empezó todo, con una buena fiesta de por medio, y con una conversación que no llevo más que dos palabras intercaladas, fue la primera de las casualidades, que hizo que, todo fuera a formar parte de este gran árbol que hemos plantado juntas y que cada día crece un poco más.
Que de los errores se aprende, y de las amistades que aparecen de una pequeña casualidad se aprenden más que de 5469887 libros, ella me ha enseñado que a los días le pones el principio y el final tu, que si decides cambiar de dirección tienes que proponértelo antes y cumplirlo, pero para todo eso la necesito a mi lado, echándome la bronca cuando la he cagado y dándome un buen beso en la frente y diciéndome “continua que vas por buen camino” (yo a todo esto lo llamo –pequeños detalles que marcan la diferencia- ella es la primera que marca la diferencia entre toda la población femenina que esta pisando tierra firme en estos momentos)
Que yo se hablar, alto claro y tendido, pero con ella no me hace falta, solo el brillo de unos ojos y el lagrimal bien seco si esta a mi lado y con un por verte sonreír ya lo se todo y ella también.

Posdata múltiple, te quiero, tatúatelo

miércoles, 24 de agosto de 2011

Quemando recuerdos, penas y sueños.

Santander. Día claro, bonito, y especial, como todos los venticuatros del calendario oxidado que cuelga sobre la pared que ya lleva un par capas de distintos y opuestos colores, para desentonar en un naranja intenso, ámbar, en el que por muy viejo que este, y por muchos recuerdos que tenga a sus espaldas, sigue cumpliendo con el máximo detalle, que aún siendo el día que sea, destaca este numero por encima de todos los demás y es que aunque no me guste la rutina, no queda otra que repetir varias de las cosas que algún día, hicieron de tu sonrisa, la mejor.

lunes, 22 de agosto de 2011

VEN, y deja que esta noche la gobierno yo.

Era tarde, los dos lo sabíamos, era evidente y por supuesto no se podía negar. Ya lo habíamos intentado una y otra vez, y lo único bueno que conseguiamos, era acabar en el mismo lugar de siempre, con el mismo sabor a cerveza, que se dejaba entrever entre nuestro aliento cuando sin motivo sonreiamos, es cierto, el deseo podía con nosotros, era la tentación que llenaba todos los domingos, que desde aquel entonces en el que decidiste unirte a mi, ya no había ninguno aburrido, ni tardes monótonas, solo un par de besos por cada metro cuadrado, un plan distinto para cada día de la semana, y noches que hacías más que especiales en las cuales las veladas eran acompañadas de un suave hilo de rock'n roll, que tanto se agradecía, y estos son los motivos que tanto a ti, como a mi, nos hacían sonreir en aquel estúpido rincón, que ya tenía nombres y apellidos y que por mucho que fuese un antro, era nuestra pequeña forma de recordar lo que algún día fuimos o mi forma de olvidar lo que me gustaría que fuésemos.

jueves, 18 de agosto de 2011

Re(acción)

Se suele decir que no se puede vivir de recuerdos, y es cierto, pero no puedo olvidar, la primera noche de invierno, en la que solo era arropada por el calor de sus abrazos, y destemplada por los bruscos cambios de temperatura entre su colchón, y el mio, entre la mínima distancia de seguridad entre su cuerpo y al que entonces también pertenecía a él, y es que el problema o la solución, es que siempre había algo que nos perdía, tal vez fuese sus manos por mi pelo, jugando de forma divertida, o tal vez, su boca recorriendo mi cuello de la manera más pícara que nadie me enseño, pero tenía algo que lo diferenciaba del resto, o tal vez era yo, la que simplemente quería creerlo.