jueves, 18 de agosto de 2011

Re(acción)

Se suele decir que no se puede vivir de recuerdos, y es cierto, pero no puedo olvidar, la primera noche de invierno, en la que solo era arropada por el calor de sus abrazos, y destemplada por los bruscos cambios de temperatura entre su colchón, y el mio, entre la mínima distancia de seguridad entre su cuerpo y al que entonces también pertenecía a él, y es que el problema o la solución, es que siempre había algo que nos perdía, tal vez fuese sus manos por mi pelo, jugando de forma divertida, o tal vez, su boca recorriendo mi cuello de la manera más pícara que nadie me enseño, pero tenía algo que lo diferenciaba del resto, o tal vez era yo, la que simplemente quería creerlo.

2 comentarios:

  1. No se puede olvidar, como mucho, a lo mayor que aspiramos es a dejar en el lado subconsciente los malos recuerdos aquellos que algún día hicieron herida en cualquier parte.
    Todo circulo vicioso tiene un punto y un final, pero también un punto y seguido, el que no deja que nada cierre, porque el mejor de los momentos, el mejor de la colección nunca puede acabar(te lo he dicho muchas veces y esta no va a ser menos así que créeme)
    te quiero y te necesito día día

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  2. Hay que ver que poco nos gustan a ti y a mi los recuerdos, pero sabes? hay muchos de ellos que por mucho tiempo que haya pasado, tienen que seguir creciendo con nosotras porque en ese momento nos hicieron sentirnos más grandes, más fuertes. Un cajón separado del resto para guardar los abrazos, nuestro sello de identidad, nos hará sonreir cuando pasen unos años al echar la vista atrás. Un abrazo, un mechón rubio y dos ojos del color del cielo en verano. Sitúate: un pueblo cualquiera, un 2º cualquiera de un piso cualquiera en una cama cualquiera de un corazón (no tan cualquiera, demasiado singular), lo visualizas? Aquí estás, conmigo, para siempre.

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