lunes, 30 de julio de 2012

Y te vas. Y aquí me quedo yo. Con miles de besos en los labios. Vacia. Contigo. Pero sin ti.

Rebobinar y recordar. Eso es a lo único que me agarro si tengo que recordar los dos años que hace que estuvimos juntos. Julio me trajo un billete de ida contigo, que se rompió por el camino y que todavía no he sabido recuperar para poder volver. Ha pasado demasiado tiempo (como cada vez que escribo) y sigo sin saber como hacer que las copas de más dejen de recordarnos. Una playa de por medio nos basto para dar comienzo a lo que todavía es interminable para mi. Me limite a mirarte y a dejar que la vida pasase mientras se consumían nuestros besos. Y ahora lo único que se consume son los sueños que tengo en la mesita de noche.
"Un guiño de ojos por la ventanilla y una sonrisa por el retrovisor de tu coche. Una noche más nos perdimos por los rincones de una pequeña ciudad y aparecimos en ese bar mañanero con una voz algo desgastada de la noche anterior. La madera cruje con tus pasos firmes, tal vez sea por el paso del tiempo o por la acumulación de cervezas que teníamos aun habiendo pasado unas cuantas horas hasta el reencuentro con ese olor a café ya tan característico".
Entre esos momentos que repetíamos de forma diferente una y otra vez, me di cuenta que me bastaba saber que estando a tu lado iba a ser feliz pero que ahora que ya no estas y que cogiste (de nuevo) uno de esos billetes con ida pero sin vuelta, que te quedes y lejos de mi, es lo mejor. Es cierto que la vida costaba mucho menos si estaba contigo, pero si hoy tiene que querer alguien que seas tu, porque yo no te prometo amor eterno. Ya no.

lunes, 28 de mayo de 2012

La compañía era demasiado buena, y lo bueno siempre sabe a poco.

La brisa abanica mi mechones rubios, mis ojos fríos intentan acompañar el tono desquiciante de las olas, mientras que yo, tengo demasiado fríos los pensamientos como para darles forma, cualquiera diría que estoy ante la mejor arena que puede rozar mi cuerpo.
Farolas a mi alrededor, demasiado encendidas tal vez, hace ya unos cuantos veranos estas mismas, estaban mucho más desgastadas por todos esos besos que nos dimos debajo de ellas. Un par de granos de arena por cada sonrisa, algún que otro diminutivo ruido que me hace volver y dejar el tiempo de desconexión por unos segundos. Vuelta, recaída y de nuevo mis ojos lagrimean, seguro que si estuvieses aquí conmigo, tus abrazos me devolverían el calor que ahora me falta.
Ha pasado demasiado tiempo, o quizás no el suficiente como para que yo misma me incite a desahogarme en el lugar mas "triste" que existe. 
Mis labios te pidieron aquella noche de julio que te quedaras para siempre y no se hasta que punto podremos cumplirlo, mientras tanto mis pies se hunden con el contacto de la arena mojada, y mis gritos silenciosos comienzan a escabullirse como si de tus manos por mi cuerpo se tratase.
Creo que las palabras son tan grandes para lo que quiero decir como esta playa lo es para mi sola. Te estoy pidiendo que volvamos a recordar las noches entre beso y beso, los fortuitos te quieros por mi cuello, e incluso por el tuyo.
"Dejarte con ganas de más" eso es una de las cosas que nos decíamos para así no tener que echarnos de menos desde aquel caluroso verano en que decidimos juntarnos.

martes, 13 de marzo de 2012

No sigo tu velocidad, siempre me quedo atrás.

Demasiadas noches en vela para otro amanecer, abril se acerca y con él miles de recuerdos más. Quiero que te metan en la calle del olvido para no verte nunca más, y a la vez, a la vez quiero rescatar tantas sonrisas como primaveras quedan. Que se pudran tus tatuajes y tus sueños, mis fechas y mis lágrimas. Ya sé que soy yo quien dijo no, pero lo que es verdad, es lo cerca que quedamos del suelo, a la altura de tu cintura cada vez que intentamos no mirarnos a la cara. Y hay que ver como se siente una cuando se pone a escribir y a intentar transmitir eso poco que la queda dentro. Creo que desde que te fuiste las semanas quedan rotas en dos, ¿pero eso no es del todo malo, o no? A veces un mes puede ser el mejor tiempo de una vida, y en mi caso, con una de esas semana, tengo más que de sobra.

lunes, 20 de febrero de 2012

Donde este tú calor que se quite lo demás.

Íbamos a comernos el mundo. Íbamos a tener millones de lugares en las afueras de nuestra pequeña habitación, pero juntos. Y ahora, ahora solo quedan tus miles de sonrisas tatuadas en mi mirada. Tu nombre y tus apellidos tatuados en todas las partes del puto sofá que tiene mil noches y una más. Y si, el amor ya esta muy visto, demasiado sobrevalorado, pero a veces hace falta alguien que te ayude a comprenderlo. Y tú fuiste por un momento de aquella noche, el que me enseño cada paso de la ecuación a la que todavía no hemos puesto solución. Se me ha olvidado lo que era un caluroso verano en pleno diciembre. Y lo calentitos que mis pies se ponían al compás de la chimenea de nuestra escapatoria más utilizada y de tu cuerpo a escasos centímetros del mio. Mis resacas ya no son culpa del exceso de tus besos. Y sí, se que fui ese tren que te espero tanto tiempo, y en el que tu solo te subías cada año bisiesto para recordar lo que era disfrutar. Te faltan esas ganas que tu mirada insustancial tiene cuando me miras, esa que va perdiendo consistencia con el paso del tiempo. Sin embargo somos al revés del mundo, mis ganas suben como la espuma, y tú parece que te llevas toda esa cerveza cargada de ilusiones. Y joder, que triste que ahora lo único que me de calor en mitad del segundo mes del año sea un pijama de franela y unas cuatro paredes saturadas de los treinta grados centigrados que guardan. 

lunes, 23 de enero de 2012

Y suena bien, parece que nos hemos convencido.

"Los mejores ojos que hay/he visto en mi puta vida, tu sonrisa que tanto me encanta (brutal), rubia, genial, imposible no sonreir cuando se te ve... por encima de eso? yo diria que bajo tierra".


Posdata; da gusto tenerle a pesar de todo, decirle que me ha encantado es poco.
Prometo acordarme siempre de aquel raro diciembre ya que las cosas buenas no deberían cambiar nunca.

lunes, 16 de enero de 2012

Pequeñas partículas de emociones.

El traqueteo del tren, me emerge por completo en una reflexión inmediata. Mucho tiempo de espera para este momento, sonrisas a mi alrededor. Y es que esa mirada no deja lugar a evasiones, claro que como para dejarlas, tiene el verde más intenso y diferente que jamas existió sobretodo cuando se reflejan en mi azul cielo que hoy relucen más que nunca. He perdido la constumbre, tal vez el tiempo, el no tener la sensación de necesitar escribir cuatro palabras mal separadas por un espacio tan estrecho como intenso. Se sobreentiende que no hablo de las palabras en este caso.
Alboroto y desconcierto dentro de mi misma mientras miro cada uno de los paisajes que el tren va dejando atrás. Distracción, nervios y sensaciones, viejas sensaciones alborotadas en la boca del estomago. Bombardeo de ideas, de recuerdos y de un futuro prometedor. No hablo de nada concreto o quizás si, no lo se ni yo misma pero me apetece volver a (re)encontrarme con la comisura de tus labios. Fresca, bonita y pícara, no se puede pedir más en una noche tan fantástica como la que se adentra. No se a lo que sabes, nunca te he probado o si una única vez en un lugar a los alrededores de aquella pequeña ciudad, si es así, quiero saber que se siente después de este tiempo sin vernos y sin versos, de tantos abrazos vacíos y de tantas miradas perdidas.