miércoles, 5 de octubre de 2011

No me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras.

Espacios incómodos de tiempo en los que tuviste muchas horas, días e incluso semanas, para pensar y recapacitar en lo felices que erais juntos y ahora te das cuenta que el tiempo pasa rápido, y que estas intentando olvidarle (aunque ya lo hubieses hecho) hasta que volvió a aparecer sin ton ni son en tu vida, como si nadie hubiese pasado desde que se fue, como si no hubiese llovido desde entonces, o como si otros labios no aliviasen las penas que dejo él, mientras tu cuello se estremecía con el contacto de una lengua que cumplía las expectativas de devorarte cada parte de este a la perfección. Que es cierto, que te hubiese llenado haber visto de nuevo esos labios carnosos y rosados (en el mismo lugar de siempre) que se distingan a kilómetros (de alcohol) entre una multitud de gente apenada por las gotas que estropeaban una noche veraniega de sábado, en la que el plan no tenia ningún defecto (o eso es lo que pensaban). Y lo que prometió exactamente fue volver al poco de marcharse, una promesa entre tantas que tampoco fue cumplida ya que le has esperado durante mucho tiempo, hasta que por casualidades de la vida, y por personas que merecieron la pena, conseguiste no saber nada más de el, en unos largos y agónicos meses, que no eran amenizados ni por la mejor de las compañías, ni por las placenteras noches en las que te acompañaban esos desconocidos, que jurarías haberlos visto la noche de aquellas gotas que estropearon el sábado (la misma en la que querías haberte reencontrado con esos ojos verdes a los que jodidamente estabas enganchada) pero a pesar de sus ojos, su mirada, sus labios, sus besos, sus horas y sus noches, has quemado los recuerdos, pero sin rencor alguno, porque si algo has aprendido con todo esto es que lo que no mata hace más fuerte, y que no debes olvidar lo que algún día te hizo feliz.

Pd, prometo estarte agradecida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario